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En la Frontera

Un ex funcionario de la aduana habla sobre la vida, la muerte y el vigilantismo en la frontera con Méjico. A Lee Morgan no le gusta lo que está sucediendo

"Cuando estos ... vigilantes se tornan tan descarados como para apuntar sus armas en la cara de niñas aterradas y llorosas ... quiere decir que nosotros, como sociedad norteamericana hemos perdido nuestros principios morales" afirma el Agente Especial de la Aduana de los Estados Unidos Lee Morgan, haciendo alusión a la infame confrontación ocurrida en Arizona en 2004, en su biografía escrita en 2006 y denominada "The Reaper's Line" (La frontera de la muerte): La vida y la muerte en la frontera mejicana (editada por 'Rio Nuevo Publisher').

"Es fácil de identificar lo que la gente quiere. Quieren ley, orden y seguridad en nuestra extensa frontera del sur [y] sin duda alguna, se lo merecen. No obstante, si el gobierno de los Estados Unidos no se lo puede brindar, lo harán los vigilantes, racistas y mercaderes del odio con fines espurios. Es así de fácil."

Esta apreciación y frustración que evidencia Morgan se debe al hecho de haberse desempeñado durante casi 30 años luchando contra el tráfico de drogas en la frontera de Arizona y Méjico. El año pasado, al producirse su retiro, este agudo ex agente encargado del cumplimiento de la ley, publicó un extenso relato de 525 páginas acerca de su carrera incluyendo una evaluación de las deficiencias que presenta la actual política de fronteras de los Estados Unidos.
The Reaper's Line expone temas tales como el contrabando de drogas, la inmigración, la corrupción, el vigilantismo y otros asuntos inherentes a temas vinculados con la frontera, en un idioma coloquial y directo que es tan accesible como mantener una charla en un bar. "A mí me dispararon, me arrojaron granadas, recibí heridas cortantes, golpes, quemaduras y casi me matan" relata en su obra.

Morgan, que nunca retaceó sus palabras, con total libertad habló de su libro y compartió sus opiniones con Intelligence Report desde su casa en Texas adonde vive desde que se retiró – cuya ubicación prefiere mantener en secreto ya que corre peligro de muerte.

"Después de la publicación de The Reaper's Line, un tipo del Departamento de Seguridad Pública de Arizona y un funcionario del Departamento de Seguridad Interna se presentaron en la puerta de mi casa y me dijeron: ‘tenemos otro trabajo para Ud.' Respondí: "¡estoy retirado, muchachos! ¿No entienden los popes de la droga en Méjico que estoy retirado? Es obvio que no lo tienen en cuenta."

INTELLIGENCE REPORT: ¿Qué lo motivó a escribir The Reaper's Line?
LEE MORGAN: Es necesario que se conozcan las historias de la gente de la frontera, desde todo punto de vista: –del contrabandista, del extranjero ilegal, del ranchero y del vigilante. De lo contrario, esto quedará perdido en la historia, y en la actualidad es probable que la frontera sea el lugar más interesante y peligroso de nuestro país. Nada más que por eso, nuestro pueblo necesita saber lo que está ocurriendo en la frontera ya que el gobierno no le está diciendo la verdad.

IR: ¿Cuál es principal concepto erróneo respecto de la vida en la frontera?
MORGAN: Un ejemplo clave surgió cuando los otros días estaba hablando con algunas personas en un programa de radio en Alabama. Estaban absolutamente convencidos de que todos los mejicanos, ya sea que estuvieran amparados por el plan de trabajo temporal, por un programa de amnistía o cualquier otro mejicano que estuviera en el país, a todos ellos se los considera ilegales. ¡Todos son ilegales! "¡Hay que librarse de todos ellos!" Quise preguntarles como tratarían a la población americana de origen mejicano a diferencia de aquellos que nacieron en Méjico y no son ciudadanos estadounidenses. Nunca llegué a hacerles la pregunta, pero me temo que la respuesta hubiera sido: no hay ninguna diferencia entre ellos.

Y esto hay aclararlo. Si no lo hacemos, sería un retroceso para los ciudadanos estadounidense de origen mejicano. La mayoría de mis amigos son americanos de origen mejicano, por el lugar donde vivía y las tareas que realizaba. Y es una asignatura pendiente el hecho de tratar estos temas para que ellos o sus hijos no sean discriminados en un futuro cercano.

IR: ¿Cómo fue recibido el libro? Usted no se calla cuando hay que dar nombres.
MORGAN: Yo no me callo. Sí lo hacen aquellos que se sienten agraviados o enojados ante la revelación de la verdad. A algunas personas les gusta la verdad y a otras no, y aquellas personas a quienes no les agrada la verdad son las que hacen mal las cosas. Como los vigilantes y los popes de la droga. En efecto, todas esas personas están furiosas, especialmente los popes de la droga.

En lo que respecta a los vigilantes, yo escribí sobre Roger Barnett [un militante muy conocido del Condado de Cochise en el sur de Arizona] y dije la verdad respecto de él, ya sabe, lo fanático, racista y promotor del odio que es. [Nota de la redacción: Barnett rechazó varios pedidos de entrevista solicitados por Intelligence Report, incluyéndose uno que se le envió por fax a su abogado.] Los Barnett [Roger y su hermano Donald] estaban verdaderamente ofendidos por esta situación.

IR: ¿Cómo demostraron su enojo?
MORGAN: Recibí una tarjeta de ellos. En ella aparecía un vaquero al borde de un cañón, y estaba inclinado mirando hacia el cañón mientras que su caballo estaba de espaldas a él y daba la impresión de que lo iba a patear enviándolo hacia el precipicio. La tarjeta decía: "¡estamos detrás suyo todo el tiempo!" - una sutil indirecta que indicaba que si alguna vez tuvieran la oportunidad, me iban a empujar por el acantilado. Fueron muy cuidadosos para redactar la tarjeta pero yo lo tomo como una amenaza. En ella estaban los nombres de los Barnett.

IR: Como sabe, Roger Barnett hace poco perdió un juicio iniciado por una familia de ciudadanos estadounidenses a quienes detuvo a punta de pistola en 2004, y se le ordenó pagarles alrededor de US$ 99.000. Pero a ninguno de los Barnett se le hicieron cargos penales en el Condado de Cochise. ¿Por qué piensa que los hermanos Barnett gozan de impunidad por parte de los fiscales locales, a pesar de las numerosas imputaciones que recibieron por violar la ley penal mientras detenían a personas que supuestamente cruzaban la frontera?
MORGAN: Supongo que se debe a que esta gente es millonaria, republicana [en un condado que tiene una fuerte mayoría republicana] y es de derecha.

IR: Ud. incluyó en su libro un par de historias notables sobre los Barnett. La primera relata un encuentro que mantuvo con Donald Barnett en el cual éste trata de llegar a un acuerdo con Ud. ¿Podría detallarnos qué pasó?
MORGAN: Tenía un buen compañero; era agente federal como yo y daba la casualidad que era estadounidense de origen mejicano. Estábamos hablando con este sujeto, Donald Barnett, y básicamente nos dijo, y todo el mundo lo sabe, que él cuenta con sensores y equipos de visión nocturna – aquello que tiene también la Patrulla de Fronteras, o cualquier equipo militar que sirva para localizar gente en la oscuridad.

Nos encontramos con él en la ruta y conversamos apoyados en la camioneta. Nos dijo que quería atrapar a las mulas y sacarles el cargamento de drogas. Le preguntamos cómo iba a hacer eso. Y él respondió: "como saben, tenemos todo un sistema de sensores ubicados a lo largo del trayecto." Le preguntamos: "¿las va a denunciar a las autoridades cuando las vea?" "No" respondió Barnett. "Les voy a disparar sobre sus cabezas y haré que arrojen su carga, y luego saldrán corriendo." Y después les daré la carga a Uds. o los llamaré o algo por estilo."

Cuando comenzó a hablar acerca de dispararles, dije algo como: "¡No, no, no! No creo que sea lo correcto. Vamos a hablar con el fiscal del condado y nos volveremos a reunir con Ud."

[Los funcionarios de la oficina del fiscal del condado] nos dijeron que volviéramos y le digamos lo que dicen las leyes antidisturbios sobre las violaciones a los derechos civiles y demás temas afines. Regresamos y le dijimos a Barnett que desistiera de la idea de realizar actividades de este tipo y que él no iba a trabajar con nosotros. Se sintió ofendido y se enojó muchísimo.

Cuando Barnett estaba haciendo estos planes, nosotros estábamos conversando respecto de la Patrulla de Fronteras y el hecho de salir en rondas nocturnas, y luego dijo algo como: "lo que se desconoce no lastima; que esto quede entre nosotros." No es necesario que les cuenten lo que estoy haciendo."

Bueno, por supuesto que tenía hacerlo. Me veía comprometido por la ética de la seguridad policial. Como mínimo debía informarle a la Patrulla de Frontera lo que este individuo iba a hacer a la noche para que estuvieran prevenidos y no resultaran heridos. Entonces les conté, y le dije a Barnett que se lo había dicho a la Patrulla de Frontera, fue entonces cuando se enfureció.

IR: En otro momento de su libro dice que los hermanos Barnett habían planeado abrir un albergue y alojar a aficionados de la caza mayor y organizar "safaris" para cazar inmigrantes. ¿Cómo se enteró de esto?
MORGAN: Mi compañero Butch y yo estábamos sentados al costado del camino observando como los Barnett detenían a un grupo de UDA [extranjeros indocumentados] Queríamos asegurarnos de que la situación estuviese bajo control, que nadie resultara maltratado o cosas por el estilo.

Mientras estábamos esperando, mi compañero se levanta y se acerca a conversar con uno de los ayudantes que trabaja para los Barnett. Butch volvió a la camioneta y dijo algo como: "¡No vas a poder creer lo que estos tipos están haciendo! Ese ayudante dijo que los Barnett están construyendo este predio de caza para traer gente que cace UDAs."

Después de eso, me di cuenta que todas las fechas en las cuales Roger Barnett entregaba extranjeros a la Patrulla de Frontera coincidían con fines de semana y feriados. Para ellos, esto es un deporte, un hobby.

Cuando Ud. se entera de estas capturas realizadas durante los fines de semana, donde se ve la mano de Barnett: ¿qué opinión le merece? Esto corrobora y prueba de que existe dicho lugar. Es una locura.

IR: ¿Qué piensan de los Barnett los residentes que desde hace mucho tiempo viven en zonas de frontera?
MORGAN: Depende de con quién se hable. Si habla con rancheros con sentido común, ninguno va a estar de acuerdo con lo que esta gente hace. Pero hable con individuos que simpaticen con los vigilantes o con los conservadores y le van a decir que están de acuerdo con los Barnett.

Y luego nos encontramos con unos cuantos individuos buenos y patriotas, que no son ni de derecha ni de izquierda, pero que quieren ver una solución para el tema de las fronteras; tal vez esta gente apoye a los Barnett y a sus actividades vigilantes pero porque están mal informados. Probablemente sean buena gente, pero Ud. sabe que todos están disgustados con el tema de las fronteras y el gobierno federal no encara el problema ni se hace cargo de esta situación. Como escribí en mi libro, si a la población estadounidense el gobierno federal no le brinda seguridad en las zonas fronterizas, entonces lo harán los vigilantes, con todos esos objetivos espurios, y a ellos recurrirá la gente. Y tanto los grupos neo-Nazis como el KKK (Ku Klux Klan) aprovecharán esta situación. Estos son los tipos que se mueven en las sombras, manejando los hilos y diciendo: "¡Esto es maravilloso!" Eso les encanta. Es la situación perfecta para que se oculten y pongan en práctica su plan racista.

IR: ¿Cuál es el tipo de política de frontera que Ud. apoyaría?
MORGAN: Necesitamos seguridad en la frontera para repeler a los criminales – a los verdaderos criminales que cruzan junto con la gente común – y un programa de trabajo temporal para los individuos que sólo cruzan para darle de comer a sus hijos. Esto nos haría ahorrar un montón de dólares y horas hombre invertidos para hacer efectivo el cumplimiento de la ley y para buscar a los verdaderos extranjeros criminales que quieren perjudicarnos.

IR: Después de haber trabajado durante tres décadas en la frontera: ¿cómo se compara la situación actual con lo que ocurría en el pasado?
MORGAN: Esta exagerada fobia retórica para con los mejicanos – nunca tan marcada como después del 9/11. En los 70, los capturábamos y los mandábamos de regreso a su país en forma reiterada. Eventualmente lograban entrar [a los Estados Unidos], hacían el trabajo y regresaban a su país por sus medios. Y nadie se rasgaba las vestiduras. Ahora, todos son "terroristas" ¡Vincular al extranjero ilegal trabajador, que ha estado aquí durante años, con el tema del terrorismo está muy mal!

Los mejicanos ayudaron a colonizar el país, por el amor de Dios. ¿De dónde sacaron todo esto? Le voy a contar de donde viene: del acto terrorista del 9/11 y la oportunidad que se les presentó a los conservadores de derecha, el KKK y los grupos neo-nazis para imponer su propia ideología.

IR: Ahora que está retirado: ¿qué extraña de su trabajo?
MORGAN: Hecho de menos a mis compañeros y mis camaradas, pero no a mi trabajo, porque ahora todo es una locura. Es una actividad donde se lleva las de perder, con demasiados temas en juego. No estamos avanzando en el tema de la lucha contra las drogas. Es un asunto meramente político. Simplemente se digitan los números, se juega con ellos, como para que cierren.

Estoy harto. Cansado.

IR: El hecho de construir un muro gigantesco, como algunos proponen: ¿será la solución?
MORGAN: ¡De ninguna manera! Es un derroche de dinero. Los mejicanos, de alguna manera, buscarán la forma de vencerlo. Una muralla, por cierto, beneficia a los contrabandistas de droga. Se ocultarán detrás de ella, abrirán sus propios pasos para ingresar, y los cerrarán a su gusto para dejar pasar los camiones cargados de droga cuando quieran.

El gobierno podrá gastar todo el dinero que quiera, tanto en medios como en acciones para hacer cumplir las leyes, y sin duda, necesitamos de esto para proteger a la población de los criminales y terroristas. Pero en lo que respecta a los extranjeros ilegales, hasta que no les demos trabajo en Méjico, en Estados Unidos o en ambos países, hasta que no se trate este tema o problema de la inmigración ilegal, o como quieran llamarlo, no tendremos solución alguna.
Tarde o temprano, tendremos que encontrar alguna manera de trabajar en forma conjunta con Méjico. La inmigración [desde Méjico] viene sucediendo desde hace 150 ó 200 años. ¿Por qué pensamos que ahora podemos detenerla con alguna normativa para el cumplimiento de las leyes o gastando miles de millones en la construcción de un muro? A la gente hay que darle de comer.

El estereotipo del extranjero ilegal, digamos de los años '50, '60 y '70, era el individuo que trabajaba en la cocina, o que trabajaba en el campo, pero que no era una amenaza. Ahora los conservadores están cambiando dicho estereotipo y ven al extranjero ilegal con un AK-27, con una granada en la boca, dirigiéndose a un centro comercial para hacer volar a todo el mundo. Y ese es el problema