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Inmigrantes imaginarios

Un nativista de línea dura escribe una visión paranoica de un complot de invasión mexicano. Afortunadamente, los baños de espuma y las armas de gran tamaño hacen que la acción se mantenga interesante

DOMESTIC ENEMIES: THE RECONQUISTA
Por Matthew Bracken
San Diego, Calif.: Steelcutter Publishing, 2006
$19.95 (tapa blanda)

En 1973, un francés llamado Jean Raspail escribió una novela paranoide y amarga sobre la "invasión" de su tierra natal por parte de refugiados muertos de hambre del Tercer Mundo. El libro compartía una visión racista de las consecuencias de la inmigración no blanca, ayudada y apoyada, según el punto de vista del autor, por los liberales mentecatos que no presentaron resistencia. Durante casi 35 años, The Camp of the Saints (El campamento de los santos) ha sido la Biblia de la ultraderecha.
Ahora, por cortesía de Matthew Bracken, ex integrante del Navy SEAL (Comando Mar, Aire y Tierra de la Armada de los EE.UU.), llega la versión estadounidense: un retrato del Apocalipsis que Bracken teme que sobrecogerá a los Estados Unidos gracias a la inmigración indocumentada del sur. El libro es una versión ficticia de la teoría de conspiración de Aztlán (la idea de que México está planificando una "reconquista" secreta de los siete estados del sudoeste, consulte la historia en la página 34), que ahora da vida a grandes oleadas del movimiento antiinmigrante. Se está publicando en sitios web extremistas, en revistas de armas y sitios electrónicos similares, y en programas de radio que maltratan a los inmigrantes, como por ejemplo, el programa de Peter Boyles en la estación KHOW-AM de Denver.

ésta no es la primera novela agresiva del autor y editada por el mismo Bracken. Su nuevo libro, Domestic Enemies: The Reconquista (Enemigos domésticos: La reconquista), es el segundo de una serie que comenzó con otra fantasía paranoide sobre el control de armas y agentes malvados de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de los EE.UU., una bête noire (pesadilla) favorita de la extrema derecha. Su último libro, que se destaca por un gran interés en mujeres de busto grande, es una atrevida visión del infierno de un xenófobo.

Domestic Enemies comienza en un campamento de prisioneros secreto en Oklahoma (D-camp) lleno de mujeres detenidas por el gobierno federal debido a actos de terrorismo. Aquí, la heroína curvilínea de 27 años de Bracken, Ranya Bardiwell, prepara los campos bajo la supervisión de guardias que portan armas de la "Agencia de Seguridad Interna", controlada todo el tiempo por un Dispositivo de Identificación por Radiofrecuencia implantado en su hombro.

A través de narraciones retrospectivas, descubrimos que hace cinco años Bardiwell dio a luz a un hijo en la prisión federal. Se lo robaron a sólo unos minutos de haber nacido.

La acción comienza cuando a Bardiwell se la cita en la oficina de una oficial femenina que intenta seducirla. Se dan un baño de espuma juntas, y durante ese rato la oficial le revela que su hijo vive en Albuquerque, N.M., y que ha sido adoptado por Alex Zarabanda, un agente del FBI, y su esposa, una agente del IRS.

Enfurecida por la idea de que su hijo esté siendo criado por agentes federales, Bardiwell se monta sobre la oficial desnuda y la ahorca hasta matarla en la tina. En un intento por recuperar a su hijo, se escapa pero pronto se encuentra en un mundo nuevo posterior a la amnistía.

La gasolina cuesta $29 dólares el galón, el oro cuesta $7,000 dólares la onza. Una epidemia mortal de "viruela de los monos" ha arrasado el sudeste. El crimen y las tasas de interés fuera de control han hecho que miles de ciudadanos abandonen sus hogares para vivir en tiendas en los "estados libres" de Wyoming, Montana y Idaho.

El gobierno federal, preocupado por la violencia étnica en las ciudades principales y la crisis económica, ha permitido que los estados del sudoeste se hundan en un alboroto descontrolado. Las pandillas armadas asedian a Arizona y Phoenix se ha quedado sin suministro eléctrico. Los ángeles se encuentra bajo ley marcial mientras los vecindarios arden en llamas.

Y New Mexico, lugar hacia donde se dirige Bardiwell para recuperar a su hijo, se ha convertido en un refugio para los revolucionarios comunistas. Ahora es "Nuevo México". El estado promulgó leyes en español únicamente y arrasó con los negocios que tenían carteles en inglés. Las fincas que una vez fueron de propiedad de los Anglos fueron tomadas y entregadas a ex inmigrantes indocumentados. La brutal milicia que porta armas M-16 de Nuevo México apunta a deshacerse de todos los Anglos.
Bardiwell es capturada por la milicia en Albuquerque. Pero, el elegante comandante Basilo Ramos, fascinado por sus curvas y la buena puntería que demostró al dispararle a un hippie, le ordena ser la entrenadora de armas de sus tropas y la convierte en su amante, teniéndola cautiva en su mansión.

En una escena extraña, Bardiwell droga a Ramos, lo fotografía sodomizando a un profesor comunista a quien estrangula durante un acto sexual, luego se escapa por una ventana de un segundo piso, bajando por una soga hecha con corbatas de seda del comandante.

Bardiwell luego entabla una relación con el desilusionado padre adoptivo de su hijo, Alex Garabanda, quien tiene pensamientos suicidas luego de perder la custodia del niño frente a su ex esposa, la agente del IRS y su amante lesbiana.

Bardiwell y Garabanda se preparan para rescatar al niño de sus "dos mamis", pero primero se detienen para vigilar una reunión secreta de políticos traidores y "globalistas multimillonarios" que redactan una nueva Constitución que convertirá a Estados Unidos en un país socialista.

Al ser descubiertos mientras fotografiaban la reunión, Bardiwell dispara a un helicóptero Blackhawk haciéndolo caer a tierra y ella y Garabanda se escapan a San Diego. Mientras tanto hay una búsqueda incesante por parte del Comandante Ramos, quien jura llevar a Bardiwell a un prostíbulo mexicano, inyectarle heroína y forzarla a trabajar como prostituta, y por parte de las tropas de asalto del IRS, dirigidas por la amante de figura realzada por esteroides de la ex esposa de Garabanda.

Finalmente, recuperan al niño y el libro culmina con la pareja mejilla con mejilla en un pequeño avión que se dirige hacia el norte, y el niño durmiendo junto a ellos.

Domestic Enemies, se desarrolla entre secuencias de acción fuera de serie. Bracken sobresexualiza a su heroína amante de las armas, dedicando tanta prosa a sus pechos como a sus armas, que es mucho, y numerosos actores secundarios aparecen como caricaturas unidimensionales. Pero una heroína sexy que dispara armas de varios calibres a villanos liberales, comunistas y sin fronteras en un mundo destruido por la inmigración y el multiculturalismo es una fantasía irresistible para el tipo de audiencia que este género de ficción atrae, sin importar las numerosas fallas de la novela.

Por supuesto, esta ficción casi no es necesaria, incluso para aquellos dados a este tipo de cosas. Todo lo que hay que hacer es escuchar a los zelotes de la vida real, como Glenn Spencer, jefe del grupo de repulsión American Border Patrol (Patrulla fronteriza estadounidense), quien dice lo siguiente: "Nuestro país está siendo invadido por México con intenciones hostiles. Cuando la situación explote y la sangre comience a circular en la frontera y en L.A. no podrán decir que no les advertimos. Estamos hablando de la reconquista."

— Susy Buchanan